domingo, 30 de marzo de 2008

¿TEXTO O DISCURSO?
CAPITULO I: EL TEXTO

1.1 Concepto de texto

Durante muchos años el concepto de texto y/o discurso ha ido evolucionando desde las diferentes perspectivas de los diferentes autores consecuentes de los estudios que se han realizado con el afán de señalar la igualdad o diferencia entre texto y/o discurso.

A continuación traemos a colación las distintas concepciones de especialistas en la materia:

Aznar, E. et al (1991)
“Habitualmente asimilamos “texto” a “texto escrito”. Sin embargo, a partir de aquí la palabra “texto” tendrá para nosotros un valor más amplio, el de unidad comunicativa tanto oral como escrita. Puesto que la comunicación es inconcebible fuera de de un texto determinado, consideramos que los textos son conjuntos verbales que remiten al contexto en que han sido producidos o, en términos equivalentes, todo texto remite a su enunciación: nos comunicamos a través de textos”

Van Dijk, T (1993)
“Los investigadores alemanes y holandeses que trabajaron, a principios de los años sesenta, en la función científica de la lingüística del texto, no disponían en sus propias lenguas de un concepto transparente de discurso, por lo que optaron por utilizar de manera unánime el termino “texto”, que les era mas familiar, empleando “discurso”, cuando escribían en ingles, para referirse a una entidad marcadamente abstracta”

Núñez, R Del Teso, E (1996)
“El texto es la manifestación lingüística socialmente normal en los procesos de comunicación; esto es, el texto es la unidad mínima de información, de comunicación y de interacción social. Así pues, todo texto, es a la vez, mensaje y acto de habla, o, a la inversa, los mensajes y los actos de habla se ejecutan por medio de texto…”

“El texto puede ser muy breve y simple, estar compuesto por una sola frase, o ser extenso y complejo compuesto de ciento de frases; en todo caso, su condición de texto la adquiere al presentarse como un elemento de intercambio lingüístico, y es el intercambio donde se configura como unidad”

Alain, R; Ulrico, W (1997)
“Se ha impreso muchas páginas y se han dedicado muchas horas de discusión a la pasión inútil de establecer supuestas diferencias existentes entre “texto” y “discurso”. Quien escribe éstas líneas no tiene noticia de ningún caso equiparable en otros ámbitos del conocimiento; lo que unos lingüistas llaman “texto” es precisamente, lo que otros denominan “discurso” y viceversa”

Berko, J; Berstein, N (1999)
“El discurso hace referencia a una expresión prolongada sobre un tema, tanto escrita como oral y un texto se define como un párrafo oral o escrito, de cualquier longitud, que conforma un todo unificado. Por tanto, ambos términos son sinónimos”

Van Dijk, T (1993)
“El termino discurso se aplica a una forma de utilización del lenguaje, a discursos políticos o, más en general, al lenguaje … pero el uso del lenguaje no sólo se limita, por supuesto, al lenguaje hablado, sino incluye el lenguaje escrito (o impreso), la comunicación y la interacción escrita, como en caso de los periódicos, nuestros libros de texto o nuestra correspondencia (correo común o electrónico), de los miles de tipos distintos de textos propios de nuestro trabajo académico o de otros tipos de trabajos”

1.2 Cohesión, coherencia y aceptabilidad del texto

1.2.1 Cohesión del texto

Alain, R. Urich, W (1997), afirma que la estabilidad de un texto, como sucede con cualquier tipo de sistema, se mantiene gracias a la CONTINUIDAD DE ELEMENTOS que la integran.

La noción de “continuidad” se basa, a su vez, en la suposición de que existe una relación entre los diferentes elementos lingüísticos que configuran el texto y la situación en la que el texto mismo se utiliza de hecho, o expresado en términos cognoscitivistas: cada elemento lingüístico es un instrumento eficaz para ACCEDER a otros elementos lingüísticos. El ejemplo más obvio que puede ilustrar este planteamiento es el funcionamiento del sistema SINTÁCTICO que impone patrones organizativos a la SUPERFICIE TEXTUAL (es decir, modela la organización patente de las palabras). Cuando se usa el término “cohesión” se quiere destacar, a fin de cuentas, la función que desempeña la sintaxis en la comunicación.

Debido a que las dependencias gramaticales se establecen a menudo entre elementos que aparecen alejados discursivamente unos de otros, la sintaxis ha de proporcionar patrones homogéneos de varios tipos y de diferentes grados de complejidad en los cuales pueden acomodarse los materiales reales. De ahí que las unidades sintácticas principales sean patrones de dependencias bien marcadas: en primer lugar, el SINTAGMA (compuesto por un núcleo modificado al menos por un elemento dependiente), en segundo lugar, la CLÁUSULA (como unidad compuesta al menos por un sustantivo o un sintagma nominal que concuerda con un verbo o un sintagma verbal) y, en tercer lugar, la ORACIÓN (una unidad compuesta al menos por una cláusula dependiente).

La cohesión existente en el interior del sintagma, de la cláusula o de la oración es más directa y más obvia que la cohesión que se da entre dos o más de estas unidades.

Según Chirinos, J (2003), afirma que la cohesión textual es el fenómeno que establece una relación manifiesta entre los elementos del texto, ésta relación se concretiza en unidades sintácticas y semánticas debidamente entrelazadas. La cohesión se sirve de unos procedimientos que hacen posible la construcción articulada del texto o mensaje: repetición, elipsis, tematización, puntuación, etc.

La cohesión textual se organiza intratextualmente a nivel biplánico:

P. Plano macrotextual: el significado global del texto se organiza de acuerdo a determinados esquemas textuales convencionales o superestructuras. Las superestructuras están dadas por los diferentes tipos de texto: narrativos, descriptivos, etc.
P. Plano microtextual: es la cohesión entre estructuras oracionales sucesivas por medio de procedimientos morfosintácticos y léxico - semánticas: conectores, marcadores textuales, etc.

Algo muy cierto, es lo que afirma Bernárdez, E (1995), es que parece prácticamente imposible crear un texto incoherente; esto es, que no sea aceptado por algún receptor. En general, la aceptación se hará en virtud del contexto, pero si no existe un contexto del que echan mano, el receptor creará uno que permita dar coherencia a lo que se le ofrece como texto. Naturalmente, ello es consecuencia de una premisa básica de la comunicación, que nos remota a Grice; el receptor parte del supuesto de que si el productor emite un mensaje lingüístico, éste tendrá sentido, es decir, será coherente.

1.2.2 Coherencia del texto

En las palabras de Bernárdez, E (1995) la coherencia es una propiedad fundamental de los textos, hasta el punto que podamos definir “texto” como “aquel objeto lingüístico dotado de coherencia”. Y aunque la terminología dista mucho de ser uniforme, podemos decir que superficialmente, en la sucesión de elementos que componen un texto, la coherencia se refleja en una serie de fenómenos a los que nos referimos con la denominación general de cohesión.

La cohesión, sin embargo, no es suficiente. De Beaugrande y Dressler (1981) mencionan “siete estándares de textualidad”: cohesión, coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, informatividad, situacionalidad, intertextualidad, donde coherencia se entiende como “las formas en que los componentes del MUNDO TEXTUAL, es decir la configuración de CONCEPTOS Y RELACIONES que subyacen al texto superficial, son mutuamente accesibles y relevantes. Ésta, es la cohesión que viene a equivaler a una “sintaxis textual” mientras que la coherencia se refiere al contenido (más que al significado).

Alain, R (1997), afirma que si el concepto SIGNIFICADO se emplea para designar la capacidad de una expresión lingüística (o de cualquier otro tipo de signo) para representar y para transmitir conocimientos (es decir, significados virtuales), entonces puede usarse el termino SENTIDO para referirse al conocimiento que se transmite de manera efectiva mediante las expresiones que aparecen en el texto. Si bien es cierto que la mayor parte de las expresiones lingüísticas transportan varios significados virtuales, sin embargo, en circunstancias normales, solo poseen un sentido en el texto concreto en el que se usan.

Un texto “tiene sentido” porque el conocimiento activado por las expresiones que lo componen van construyendo, valga la redundancia, una CONTINUIDAD DE SENTIDO. Esto quiere decir, que cuando los receptores detectan la ausencia de continuidad, el texto se convierte en un “sinsentido”, característica normalmente atribuible a la existencia de una serie de desajustes entre la organización de los conceptos o de las relaciones expresadas en el texto y el conocimiento previo del mundo que tienen los receptores. La continuidad del sentido esta en la base de la COHERENCIA, entendida como la regulación de la posibilidad de que los CONCEPTOS y las RELACIONES, que subyacen bajo la superficie textual sean accesibles entre si e interactúan de un modo relevante.

Chirinos, J (2003) dice que la coherencia textual es la propiedad que permite relacionar la información relevante e inherente en un texto, a través de la coherencia textual se organizan los datos y las ideas para dar lugar a una superestructura lógica y comprensible. La coherencia comúnmente se entiende como la conexión de las partes de un todo, es decir, es la relación armoniosa entre conceptos, hechos e ideas que aparecen en un texto con sentido.

La coherencia incluye:

- Cantidad de información; se enuncian los datos o la información pertinente, se debe evitar el exceso de datos que haga engorros lo que ha de decirse.
- Calidad de información: la información debe ser clara, los enunciados deben ser expuestos de manera completa, ordenada buscando siempre que sean comprensibles por el receptor.
- Estructura de la información: cada idea debe ser tratada adecuadamente, siguiendo un orden determinado, para que la presentación de los datos sean bien estructurados y organizados en un texto.

1.2.3 Aceptabilidad del texto

De Beaugrande R; Ulrico, W (1997) explica que un sentido amplio del término, la “aceptabilidad” textual debería subsumirse conceptualmente dentro de la noción de ACEPTACIÓN, entendida como la actividad complaciente que realiza un comunicador para participar en un discurso y para compartir una meta con sus interlocutores. En este sentido, la aceptación es una acción discursiva por derecho propio que supone la integración del comunicador en la interacción discursiva, con todas las consecuencias que de ellos se derivan. Cuando un interlocutor no acepta participar en un intercambio, suele comunicar su decisión convencionalmente mediante señales explicitas del tipo:

Ahora no puedo hablar porque estoy demasiado ocupado
No me interesa hablar de este tema.

Ahora bien, en circunstancias normales los interlocutores asumen como si se tratara de un valor por defecto que participa en una interacción comunicativa implica, en general, la “aceptación” de la dinámica discursiva. Que un hablante acepte colaborar en la consecución de las metas ajenas fijadas por los otros participantes en la interacción comunicativa se justifica por una serie de motivaciones de muy diversa índole. Para que un hablante pueda llevara cabo con éxitos sus intercambios comunicativos ha de poseer la habilidad de detectar o de inferir cuales son las metas que desean conseguir sus interlocutores sobre la base de lo que están diciendo. Por esa misma razón, los productores textuales han de ser capaces de anticiparse a las respuestas de sus receptores, previendo si vana ser favorables o contrarias a la ejecución de su plan. La manera mas habitual de proceder en este terreno es construyendo un modelo interno de los receptores, de sus conocimientos y de sus creencias.

1.3 El discurso como contexto

Berko, J (1999) nos dice que dentro del discurso existen diversos aspectos como:

« Contexto y comprensión

El recuerdo depende la comprensión. Es decir, no se puede recordar lo que no se ha entendido, un hecho que los estudiantes harían bien en tomarse en serio antes de los exámenes.

Consideremos el siguiente párrafo:

Financiado gracias a unas joyas empeñadas, nuestro héroe desafió con gallardía las risas maliciosas que intentaban impedir su proyecto. Vuestros ojos oz engañan, había dicho, un huevo, y no una mesa es la representación exacta de este planeta inexplorado. Tres robustas hermanas buscaban ahora la prueba, avanzando con a través de una vastedad a ratos en calma, pero poblada las mas de las veces de picos y de valles turbulentos. Los días se convirtieron en semanas a medida que muchos escépticos propagaban temibles rumores acerca del borde. Finalmente, saludaba con entusiasmo, aparecieron de la nada aladas criaturas, simbolizando el éxito momentáneo.

Sin poseer ninguna información adicional, pocas personas pueden comprender este pasaje o recordar gran cosa de el. Sin embargo, quienes son informados de antemano de que este tratado de Cristóbal Colon y el descubrimiento de América, lo comprenden con facilidad y recuerdan significativamente más; dicho de otro modo, su esquema de la historia primitiva de América les capacita para entender y, en consecuencia, recordar este pasaje.
1.3.1 Proceso cognoscitivo del discurso

“Van Dijk, T (1998) nos dice que es un hecho bien conocido que una gramática es solo una aproximación teórica a las estructuras reales de emisiones tal como se usan en la interacción comunicativa”. Por lo tanto, la semántica solo especifica las reglas abstractas de la interpretación de oraciones y textos, y no da cuenta de los procesos cognoscitivos utilizados en la producción y comprensión del discurso real. Sin embargo, una teoría empírica de la lengua también necesita modelos que expliquen como se comprende y como se usa el discurso en la comunicación. Sin embargo, trataremos brevemente de los problemas principales del estudio del discurso de la cognición y en la comunicación.

Puesto que los posibles efectos y funciones sociales del discurso en la comunicación dependen de los distintos procesos empleados en la comprensión del discurso, primero daremos cuenta de la dimensión cognoscitiva del uso del discurso. Durante los últimos años, la psicología cognoscitiva y el estudio de la inteligencia artificial han prestado atención cada vez más a los procesos involucrados en la producción del discurso y particularmente en la comprensión del discurso. Repasemos en primer lugar las diferentes fases y factores que caracterizan los procesos involucrados en la comprensión del discurso. Para entender los principios básicos de un tal modelo del procesamiento cognoscitivo del discurso, hay que introducir algunas nociones nuevas. Una central, necesaria para ese modelo cognoscitivo, es el de la memoria. En la memoria almacenamos la información que sale de nuestros diversos sentidos. Por varios motivos nos conviene hacer una distinción teórica entre dos tipos de memoria, la memoria de corto plazo y la memoria a largo plazo.

A grandes rasgos, memoria a corto plazo es necesaria para la manipulación de información que requiere poco tiempo para ser procesada, por ejemplo, cuando queremos comprender sonidos, palabras, frases y oraciones. Una de las características de MCP es que su capacidad es limitada: cuando esta “llena”, es necesario que se vacíe, por lo menos parcialmente, antes de que pueda recibir nueva información. Estos principios básicos también operan en la comprensión del discurso. Un lector/oyente se enfrentará primero con señales percibidas visual o auditivamente. Éstas serán comparadas con el conocimiento fonológico sistemático que el oyente tenga de la lengua, e interpretadas como fonemas y secuencias de fonemas. Lo mismo pasa con las palabras y grupos de palabras que se cotejan con el léxico y con las reglas sistemáticas de la lengua. Es importante notar que un modelo cognoscitivo esta asignación de estructuras a palabras y frases no sigue las reglas tal y como se explican en gramática. Durante la comprensión del discurso opera esencialmente el mismo proceso, pero como ya tenemos que tratar secuencias de oraciones, las limitaciones de la capacidad de MCP comienzan o a desempeñar un papel importante. Así que una de las primeras tareas de un modelo de la comprensión del discurso es la de organizar y reducir grandes cantidades de información muy compleja.

La siguiente tarea de un modelo de la comprensión del discurso es la de relacionar la información obtenida de la oraciones subsiguientes de un discurso. Es decir, un lector/oyente solo podrá entender un discurso cuando le asigna la necesaria coherencia. Para poder hacer eso, primero tendrá que conectar las oraciones semánticamente, de manera muy parecida a la que describimos en términos abstractos.

La siguiente fase en la comprensión del discurso es el almacenamiento de información semántica en la memoria a largo plazo. El principio básico que subyace a este proceso de almacenamiento es que la estructura de la información textual en MCP es la estructura que se le asigne al discurso durante su comprensión en MCP. Claro que puede ocurrir una reinterpretación de la información pero esto significa que la información tiene que regresar a MCP, donde se le asignará una nueva estructura. Se deduce de este principio que la información textual se representa primero por medio de proposiciones organizadas en HECHOS. Estos hechos están conectados linealmente por relaciones condicionales, mientras que sus participantes pueden ser vinculados por medio de la identidad.

La ultima fase en le procesamiento del discurso es la recuperación y la (re) producción de información en MLP. Aunque sabemos poco de las diversas operaciones de recuperación, el modelo descrito arriba no sugiere que estas operaciones en principio “trabajarán” la organización estructural de la información tal como esta almacenada en MLP. Así, las unidades que están relacionadas mediante muchos vínculos a otras unidades del texto a otras unidades en la memoria serán las más accesibles durante la búsqueda recuperativa. Hay por lo menos dos clases de recuperación que intervienen en el procesamiento del discurso: la del recuerdo y la del reconocimiento.

1.3.2 Reglas implícitas del discurso

Berko, J (1999) haciendo referencia a Paul Grice (1975) afirma que éste enunció cuatro reglas implícitas para el discurso eficiente, conocidas también como máximas conversacionales. Estas “máximas” han de entenderse como estrategias y preceptos, y no como “reglas” en el sentido previsto por Searle. Estas máximas hacen referencia a directrices concisas sobre las pautas que han de observarse:

Máxima de calidad: esta máxima según De Beaugrande, R (1997) tiene que ver con la sinceridad: “no diga aquello que crea que es falso, ni aquello de lo que carezca de pruebas”. Esta máxima se aplica de un modo mucho mas extremadamente riguroso en los textos científicos que en la conservación cotidiana, aunque en ésta sea lo normal entender que decir la verdad es casi una obligación social. El incumplimiento de la máxima de sinceridad puede estar motivado por la intención de, por ejemplo, ocultar algo que se ha hecho mas, como sucede en la situación siguiente:

- ¿Qué hacia ahí dentro?
- Nada
- ¡Cómo que nada! Mira tus manos ¡Y mira tus manos! ¿Qué es esa porquería?
- No lo se, tía.
- ¿Ah, no? Yo sí sé lo que es. Es mermelada, eso es lo que es. Te he dicho cuarenta veces que si no dejabas en paz esa mermelada, te zurraría. Tráeme la vara inmediatamente.

Por otro lado, Berko, J (1999) afirma que esta máxima se caracteriza en que los hablantes deben decir la verdad como la conocen o reconocer las dudas que tengan sobre lo que están contando.

Máxima de manera: esta máxima se refiere a los modos en que los textos pueden organizarse (internamente) y comunicarse (externamente). Grice (en comunicación personal a Robert de Beaugrande) se planteo la máxima originaria de la forma siguiente: “Actúe de manera que las intenciones que usted tiene acerca de lo que va a decir estén expresadas con claridad”. Esta reorientación es coherente con el enfoque que tenia Grice sobre el significado intencionado, al cual se le añade ahora una condición de claridad. (De Beaugrande, R 1997; P 179).

Berko, J (1999) afirma que en esta máxima los hablantes deben esforzarse por mostrarse claros e inequívocos, y no prolijos y desorganizados.

Máxima de cantidad: la máxima de cantidad se formula como “haga que su contribución a la conversación sea, teniendo en cuenta los objetivos del intercambio, tan informativa como sea necesario (pero no más informativa de lo requerido)”. Es de suponer que ser “informativo” incluye transmitir a un interlocutor información novedosa o impredecible cuando sea oportuno hacerlo.

En esta máxima se debe decir todo lo que sea necesario o se requiera pero nada mas.

Máxima de relación: Grice formulo la máxima de relación de una manera especialmente escueta: “sea relevante”. La relevancia tiene que ver, por lo menos, con dos aspectos:

a) Que tipo de conocimiento guarda relación con un tema determinado, y
b) Que clase de conocimiento será útil para alcanzar cierto objetivo.

Es por eso que los hablantes deben limitarse a lo que es relevante.

1.3.3 Ambigüedad

Berko, J (1999) expresa que el discurso sirve como un contexto y afecta a la interpretación de las oraciones y palabras, orienta en una dirección determinada la interpretación de lo que de otra forma serian palabras o frases ambiguas. Por ejemplo, algunas oraciones pueden interpretarse literalmente o figuradamente.

El contexto puede incitar a los lectores a decidirse por uno o por otro. Por ejemplo, cuando se hizo referencia al párrafo sobre Colón, probablemente interpretó la frase “tres robustas hermanas” literalmente, imaginándose a tres robustas hermanas. Solo después de leer que el tema propuesto por el pasaje era el viaje de Colón habrá interpretado que esa misma frase se refería de manera metafórica a los tres barcos que componían su expedición.

1.3.4 Metáfora

Las metáforas constituyen una interesante forma de discurso que ha merecido la atención de la psicología desde hace unos 20 años, aunque la mayoría de los lectores tan solo habrá hablado de ellas en clase de literatura. El contexto donde aparece una metáfora afecta a su interpretación y a su apreciación. Los lectores aplauden la metáfora de Haustone no solo debido a las conexiones preexistentes entre los conceptos tenor y vehiculo, sino también por su relación con el pasaje completo.

1.3.5 Ironía

La ironía es otra de las formas del lenguaje figurativo que ilumina la importancia del contexto para el significado. Consideremos el caso de un hablante que dirige un insulto irónico: “Eres un buen amigo” a alguien que no lo es. Denes y Winner dan cuenta de todo lo que ocurre en el proceso de interpretación de este enunciado para que signifique lo contrario de lo que literalmente expresa. Revisan diversas teorías actuales que comparan la comprensión de las formas literales y no literales y argumentan a favor de un modelo de procesamiento del lenguaje de significado múltiple. Según este modelo, los significados tanto literales como no literales se derivan y deben procesarse o bien simultáneamente o en otro orden. El contexto, sin embargo puede afectar al orden de procesamiento. Una información que suponga tomar conciencia sobre una determinada actitud irónica del hablante hacia el tema de un comentario, puede disparar automáticamente la evaluación critica pretendida, antes de que el hablante se de cuenta de que entra en conflicto con el significado literal positivo de las palabras emitidas en realidad.

Consiste en expresar lo contrario de lo que se quiere significar, pero estableciendo al mismo tiempo un juego sutil con el lector, quien comprende el verdadero significado, oculto aparentemente en las palabras.

1.3.6 Actos de habla

Berko, J (1999) hace alusión a aAustin (1962) y Searle (1969) diciendo que los hablantes usan la lengua con muchos propósitos; para informar, preguntar, mandar, agradecer, disculparse, felicitar, prometer, ofrecer y casarse con alguien.

La mayor parte del tiempo, sin embargo, las acciones que se ejecutan mediante el habla son mucho mas sutiles y muchos menos inmediatas. Si los oyentes no perciben la función que se pretende dar a una enunciación, los hablantes consideran que no se ha entendido el mensaje, aunque se hayan reconocido todas las palabras emitidas, así como su forma sintáctica. Los actos de habla directa se definen como aquellos que emplean las formas sintácticas habituales para codificar las funciones lingüísticas usuales para lo que están específicamente diseñados. Es decir, los hablantes usarán frecuentemente la forma declarativa para informar a los oyentes.


CAPÍTULO II : EL TEXTO COMO UNIDAD DE INTERACCIÓN COMUNICATIVA

2.1 Tipos de texto

Se concibe al texto como cualquier manifestación escrita o verbal y de carácter complejo que se produce en la comunicación, y que no es posible concebirlo fuera de un contexto. Según Daniel Cassany y Bermudez, dicen; que el texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental producto de la actividad verbal humana, caracterizado por su semántica, coherencia, su intención comunicativa y estructura.

Así como cada estudiante es una realidad diferente, con rasgos que le son propios y que define su personalidad; los textos también poseen estructuras propias que los particularizan y aunque ellos pertenezcan a un mismo tipo, no cabe duda que sus características varían de acuerdo a quien va dirigido, a la intención del autor, al asunto que trata. Por otra parte, existen textos que son más accesibles que otros, que se dejan leer con mayor facilidad que otros, y que por lo tanto merecen un tratamiento especial.

2.1.1 Texto Descriptivo

El texto descriptivo es considerado por algunas tendencias como un procedimiento lingüístico o como un modo de organización de contenidos.

Tradicionalmente se le define como una pintura hecha con palabras, es decir representar al lector un objeto, un paisaje, una persona y hacerle sentir una emoción, una experiencia o un sentimiento de quien describe. Como acto de habla, el texto descriptivo es el acto de mostrar como es una cosa.

Los elementos principales de toda descripción son: el sujeto, que es la persona que describe y el objeto que es lo que se describe.

1.- Estructura del texto descriptivo:

a) Título: enunciado que resume la información, éste puede ser explicito o implícito. El título fija el asunto y crea expectativas sobre la información que contiene el texto.
b) Tema: la nueva información aparece como una expansión del título, o la explicación de las partes del objeto descrito.

2.- Recursos para la elaboración del texto descriptivo.-

· El Tema: la temática abordada es diversa por que puede ser un objeto, un hecho, una situación, un paisaje, una experiencia, o algo interesante que conlleve a un acto de descripción.

· El Escritor: es quien selecciona la información en función de sus conocimientos, el conocimiento y expectativas del destinatario, los objetivos de si descripción; y quien mejor selecciona las estrategias para atraer la atención del lector.

· Empleo de Elementos Lingüísticos: en su colaboración se emplean recursos expresivos tales como: adjetivos, comparaciones, metáforas elementos que despierten el interés y ayudan a comprender mejor lo que se describe.

Tipos de Conectores en el Texto Descriptivo:

- Conectores de Espacio (arriba – abajo; derecha – izquierda)
- Conectores de Focalización (proximidad, distancia)
- Conectores Temporales (horas, estaciones, años)

3.- Proceso de Descripción.-
Todo acto de descripción debidamente ordenado pasa por tres momentos.

· Observación: primera cualidad que implica observar con atención el objeto motivo de la descripción.
· Reflexión: es le acto de interrogación, análisis y valoración del objeto a describir, en esta fase interesa lo esencial y no los datos superfluos.
· Expresión: se elige la materia lingüística que indique con precisión lo observado, considerado previamente un plan o esquema elaborado.

4.- Tipo de Descripción.-

a) Descripción Científica.- da a conocer un objeto de manera objetiva, se emplea un lenguaje denotativo y aparece en los manuales científicos.
b) Descripción Literaria.- plasma de modo subjetivo la visión de un objeto. El escritor intenta causar una impresión al lector, tiene un fin estético.
c) Según el objeto y el sujeto que se describe encontramos.-
Descripción de una persona se clasifica según el aspecto que se le focalice:
· Prosopografía.- se describen rasgos físicos, aspectos externos.
· Etopeya.- describe cualidades morales y psicológicas.
· Retrato.- combina aspectos físicos con la moral.
· Caricatura.- exagera rasgos físicos y morales de una persona.

d) Descripción Pictórica.- describe le paisaje. Sujeto y objeto se encuentran inmóviles, se trata de captar la luz y el color.
e) Descripción de una Realidad Abstracta.- se describen sensaciones, sentimientos, emociones, el mundo psíquico que se torna difícil pata ser expresado con palabras.
f) Descripción Cinematográfica.- aquí se describe el objeto en movimiento, para ello se requiere luz, color, movimiento, relieve y sonido.
g) Descripción de un Objeto.- describe las partes que componen un objeto, la función que se desempeñan y la relación que tiene con otros objetos de su entorno.


TIPOS DE DESCRIPCIÓN

TOPOGRAFÍA
Descripción de un lugar: → Orden espacial de los elementos. → Extensión, localización y aspecto general.

PROSOPOGRAFÍA
Descripción física de una persona: → Cara: ojos, nariz, orejas, cabello. → Cuerpo: altura, complexión, peso. → Vestimenta y otros aspectos importantes.


DESCRIPCIÓN DE UN OBJETO
→ Material → Para qué sirve → Tamaño → Cómo se usa → Forma → Color

ETOPEYA
Descripción del carácter de una persona: aptitudes, actitudes, hábitos, personalidad...

5.- Formas de Descripción.-

o De lo general a lo particular y viceversa.- cuando se describe globalmente y después precisamos los rasgos particulares.

o De lo próximo a lo más alejado y viceversa.- cuando destacamos lo mas cercano a nosotros y después lo más alejado en el tiempo y en el espacio.


2.1.2 Texto Argumentativo

El texto argumentativo es una forma de exposición que tiene como fin primordial defender o refutar una tesis, en ambos casos es necesario aplicar un buen procedimiento de argumentación.

1.- Estructura del Texto Argumentativo.-

a) Tesis: es la parte más importante del texto, es la idea central en torno a la cual se realizará todo un proceso argumentativo.
b) Premisas o cadenas argumentativas: son los supuestos teóricos o argumentos que rechazan o confirman la tesis. Se inicia la explicación o proceso del razonamiento lógico para probar y reforzar el argumento.
c) Conclusión – nueva tesis: se comprueba la idea o tesis planteada el inicio. Finalmente después de toda una sustentación, es posible que se llegue a una nueva idea.


2.- Recurso de la Argumentación.-

- Organización y selección de información.

· Seleccionar datos relevantes y sin ningún tipo de duda.
· Los datos debe tener una correcta interpretación y con un fin argumentativo.
· Su expresión o redacción sería eficiente si contamos con un esquema previo o plan argumentativo.
· En el desarrollo, cuidar que los elementos o premisas no sean contradictorios in incompatibles.
· Seguir una gradación de importancia.

3.- Técnicas de Argumentación.-

ü Asociación: une premisas que parecen diferentes para establecer entre ellas un punto de respaldo. Las ideas generan un argumento más compacto y convincente.
ü Disociación: en este caso se separan las premisas o ideas que parecían solidarias. Estas no ayudan a fortalecer la argumentación.
ü Inducción: se parte de hechos concretos para llegar a la ley general.
ü Deducción: se parte de las premisas válidas para llegar a establecer una conclusión.

4.- Tipos de Argumento.-

ü Argumentos de Autoridad: cuando nos basamos en datos brindados por personas de prestigio y que merecen nuestro respeto por su nivel de conocimiento, estudio y experiencia en la materia.
ü Argumentos de Ejemplificación: se parte de un caso particular para fundamentar una regla general.
ü Argumentos de Sentido Común: se recurren a las parábolas, proverbios, anécdotas, citas literarias y otros elementos que poseen fuerza expresiva y son producto del convencionalismo social (dichos, refranes, etc.)
ü Argumentos Analógicos: se establece un paralelismo entre lo que se argumenta y otro hecho que resulta familiar para el receptor o escucha.
ü Argumento en Verdades: se busca apoyo en teorías científicas, concepciones filosóficas y religiosas, que trascienden las experiencias.
ü Argumentos de Hechos: son datos que aluden a una realidad objetiva, suelen estar basados en la observación o ser producto de la convención.

5.- Organización de la Argumentación.-

Determinar un Plan: la eficacia del escrito de la habilidad y el talento del autor. Esta elaboración es todo un acto de creación único que aumenta una reflexión antes de empezar a escribir.

Primero el sujeto se dispone u ordena los datos que previamente tiene en la mente, y después les das forma escrita, empleando todos los recursos entes señalados y jerarquizando e interrelacionando debidamente los elemento o datos y descartando aquellas informaciones irrelevantes, de modo que todo lo tratado refuerce la tesis.

El plan permite seguir un orden para no desviar o confundir al lector y conseguir el objetivo trazado, aparte que se escribe con soltura, ordenando y redactando claramente la información.

El Esquema Previo: el plan tiene forma de un esquema donde se explicitan las cuestiones a tratar. El esquema estaría encabezado por una la tesis, luego se debe fijar las o la idea principal, según orden de importancia, no olvidemos que los datos de apoyo también son vitales para la argumentación.


2.1.3 Texto Narrativo:

1.- Antecedentes:

Haciendo una breve reseña diremos que el estudio de este tipo de textos lo realiza una disciplina en auge denominada Narratología, estos estudios tuvieron su inicio en 1928 con el libro del ruso Vladimir Propp: “Morfología del Cuento”, que influyo más tarde en América en 1958 y en el resto del mundo. Propp, analizó cien cuentos fantásticos de su país y todos tenían una misma orientación interna, una misma estructura y concluye:

- Se rompe una situación de equilibrio
- Aparece el protagonista y asume la misión de recomponerla
- Tribulaciones o dificultades del héroe
- El héroe cumple su misión
- Se restablece la situación inicial y el héroe es recompensado

Este sistema de Propp resulto insuficiente, por eso diversos narratólogos han propuestos otros sistemas. El de Claude Bremond en 1973, según este autor todo relato se compone de secuencias elementales. Cada secuencia consta de constituyentes, veamos:

NARRACION
. Situación previa a los
acontecimiento
. Acontecimientos
. Después de los acontecimientos
Situación inicial
Proceso de transformación de la situación inicial
Situación Terminal
. Acontecimientos que puede desencadenar una acción

. Acción desencadenada o no

. Si se desencadena éxito de la acción/ fracaso de la acción


Que puede convertirse en situación inicial de otra


2.- LA NARRACIÓN.-

Es aquel texto que explica la concurrencia de una serie de sucesos, verídicos, verosímiles o imaginarios, referidos a personas, que se distribuyen en un periodo de tiempo y lugar determinado que están relacionados por conectores temporales.

Narración es también un artículo del periódico, la novela, el cuento, la narración histórica, la parábola, el comic, el cine, algunos emplean el código oral, otros el escrito y estudian desde disciplinas diferentes, pero todos pertenecen a una misma raíz que es el texto; lo más importante es la ordenación temporal de los hechos y la relación de causa/consecuencia.

3.- ESTRUCTURA DE LA NARRACIÓN.-

a) Presentación o Marco Conceptual: se expone el contexto donde se produce los hechos (actores, situación espacial y temporal, etc.). Generalmente aparece al comienzo de la narración.

b) Intrincamiento o complicación: serie de hechos y accione que generan el conflicto y que como ya veíamos en el esquema de Claude Bremond se desarrolla todo un proceso de transformación de la situación inicial. Esta segunda parte es la médula de la narración por eso suele ser explicita en el texto.

c) Situación Terminal o Resolución: se resuelven los conflictos, se establece el equilibrio o simplemente las acciones y hechos llegan a su fin. Muchas veces encontramos una enseñanza o moraleja de manera implícita o explicita.

4.- RECURSOS NARRATIVOS.-

Todo relato consta de dos componentes: la historia (suceso) y la narración (procedimiento, manera de contar). La historia es el conjunto de sucesos que constituyen la narración.

A) El Narrador:
Es la persona que cuenta la historia, presenta el contexto y da a conocer las relaciones de los personajes.

Cabe hacer la siguiente aclaración, debido a los mecanismos de polifonía textual destacamos la importancia especial de la misma, indicando que en los textos narrativos literarios tienen un funcionamiento complejo y una denominación singular, por ello debe hacerse un tratamiento para cada texto: narrativo y narrativo no literario.

· Texto narrativo no literario: se presenta de la siguiente manera: la persona que relata y considerada como persona del mundo, sería el sujeto hablante, considerado desde el punto de vista de su actividad enunciativa, sería un locutor/yo, al locutor se le denomina narrador. Aun podemos percibir otras voces, asumidas por el narrador, pero que son puestas en sus personajes, serían los anunciadores. No podemos dejar de lado el destinatario, el interlocutor del narrador al que se le denomina narratario.

· Textos narrativos literarios.- cuando la narración esta dada por el autor mismo, él sabe todo lo acontecido, es narrador omnisciente. Cuando la narración es contada por el personaje, como sucedida a él mismo – narración autobiográfica, en este caso el narrador sólo sabe de la historia la parte que él conoce directamente o porque se la contaron, estamos frente al narrador personaje y por último el narrador se narra así mismo los hechos.

También se puede considerar la siguiente tipología de narrador:

a.- Narrador Omnisciente: narrador que conoce hasta los más íntimos pensamientos de cada uno de los personajes, habla en tercera persona y se divide en:

. Narrador Omnisciente Neutro: nos cuenta los hechos sin formar parte del relato
. Narrador Omnisciente Editorial: realiza cometarios y juicios sobre el relato
. Narrador Omnisciente Multiselectivo: narra los pensamientos, sensaciones y sentimientos del personaje.

b.- Narrador yo Testigo: narra en primera persona lo que observa en calidad de testigo, no participa directamente de la acción.

c.- Narrador yo Protagonista: narra en primera persona, esel personaje principal y toda la historia la vemos a través de él.

d.- Narrador Dramático: es el que presenta personajes y acciones, narra en primera o tercera persona, deja que los personajes viertan solos sus pensamientos.

B.- PERSPECTIVA NARRATIVA.-

Presenta los sucesos desde una óptica determinada. La perspectiva narrativa puede ser:

a) Perspectiva por detrás de los personajes: coincide con el narrador omnisciente y con el tipo de narración no focalizada. La mirada del narrador domina la historia y los personajes; su capacidad de maniobra y sus conocimientos son ilimitados, conoce cada pensamiento aun ignorado por el personaje, puede estar presente en distintas situaciones, emite juicios, se dirige al lector, etc.
b) Perspectiva desde los personajes:


CAPÍTULO III: LA ACCIÓN DISCURSIVA

3.1 Lenguaje y acción

Por lenguaje, se considera a los procedimientos realizados por cualquier animal con el fin de comunicarse. Esto incluye al ser humano, quien posee el lenguaje más sofisticado entre los animales. Sin embargo, hay escuelas lingüísticas que consideran al lenguaje como único del hombre. Lo importante, más allá de definiciones, es saber que hay importantes diferencias entre nuestro lenguaje y el de los demás animales. Estas diferencias que nos separan son:

- Dos sistemas gramaticales: oral y gestual
- Tiene un objetivo
- El discurso puede hablar de otros tiempos: pasado, presente o futuro
- Se transmite de generación en generación
- Separa el contenido y su forma
- El discurso hablado, es intercambiable con lo que se escucha
- Advierte sucesos nuevos

Existen unos requisitos mínimos que se deben cumplir para que se de el lenguaje. Estos factores indispensables son de tipo fisiológico, gramatical y semántico: se debe tener los medios físicos para emitir sonidos o gesticulizar lo que queremos decir, se necesita generar una estructura donde se ampare nuestro discurso, y tenemos que ser capaces de entenderlo.

El filósofo norteamericano J. Searle ha continuado y extendido la línea de investigación de Austin. Sostiene también que el uso o pragmática del lenguaje es un tipo particular o específico de acción, por lo que la teoría del lenguaje forma parte de una teoría general de la acción. Searle sigue defendiendo también el carácter convencional de los actos de habla, en tanto están controlados por reglas.

«Hablar un lenguaje es participar en una forma de conducta gobernada por reglas. Dicho más brevemente: hablar consiste en realizar actos conforme a reglas»

Lenguaje y acción es un criterio que Wittgenstein desarrolló en su producción posterior al Tractatus. Una persona se dice entender un enunciado cuando sabe qué hacer en el contexto del caso. De modo que el criterio nos remite al comportamiento de la persona, sus acciones y reacciones: si cuadran con lo esperado en el contexto comunicativo, con lo que los otros requieren y ante lo que los otros reaccionan en forma coordinada, si conforman un juego en donde los participantes no están cuestionando las reglas del mismo, sino, simplemente, están jugándolo, llevándolo adelante, entonces la persona podrá decirse que entiende los enunciados o expresiones del caso.

Entender, por tanto, es hacer. La significación lingüística, desde esta perspectiva pragmática, es la actividad que se lleva a cabo en su totalidad, y en la que el lenguaje sólo es una parte. Las palabras no tienen significados de por sí, sino en actividades humanas particulares en las que cumplen funciones de muchos tipos.

El lenguaje produce relaciones intersubjetivas, y es al mismo tiempo su producto. Por eso registra de ellas vestigios estructurales: la dialéctica de los deícticos que sustentan las estructuras de la subjetividad se manifiesta “en el corazón mismo de la lengua”, la comunicación no es solo el efecto empírico o superficial de la movilización de estructuras subyacentes; por el contrario, la estructura del diálogo es una matriz implantada en el lenguaje en el nivel de sus formas mas universales.

A K. Bühler se le debe la distinción entre dos aspectos de la actividad lingüística: el acto lingüístico y la acción lingüística. A esta última corresponde la función “instrumental” del lenguaje, que a través de sus operaciones sirve como medio para ciertos fines: persuadir, cooperar con otros, inducir comportamientos, etc. En cuanto acto, el lenguaje cumple la función de significar, de otorgar sentido.

El fundamento de la distinción reside en que, mientras la función propia del acto es inherente al lenguaje, las funciones de la acción desbordan lo lingüístico y atañen a otros ámbitos comportamentales.

Por ejemplo una determinada instrucción verbal, en cuanto acción del lenguaje, puede cumplir la misma función que un silbato para indicar el inicio de la jornada.

Las expresiones siguientes pueden equivaler, desde este punto de vista:

a) ¡Al tajo, idiotas!
b) Les recuerdo que son las ocho y dos minutos.

Pero parece obvio que constituyen actos lingüísticos distintos. Aunque ambos enunciados resulten instrumentales equivalentes, difieren desde el punto de vista de su sentido intersubjetivo: posición respectiva de los interlocutores, carácter directo o indirecto del mandato, actitud respecto al discurso, etc.

3.2 El hacer lo que se dice

3.2.1 La performatividad

Austin propone la división de los enunciados en dos tipos:

a) Los enunciados «constatativos» o «descriptivos», que como indica su mismo nombre, desempeñan una función constativa o descriptiva.
b) Los enunciados «realizativos», por los que en y por el lenguaje se lleva a cabo un determinado tipo de acción. Ejemplos:

a) «la puerta está cerrada con llave»
b) «yo te bautizo»
La diferencia entre estos dos enunciados está en que el primero es un enunciado constatativo que describe un estado de cosas y puede ser verdadero o falso, mientras que el segundo enunciado expresa la acción misma de bautizar, A este tipo de enunciados Austin los denominó «realizativos» o «performativos». La fórmula «yo te bautizo» no describe un estado de cosas, sino que enuncia la acción de bautizar.

Se debe a Austin la formulación inicial de la teoría de la performatividad, de la que arranca la propuesta de los actos de habla. Tradicionalmente se ha considerado que los enunciados representan o describen algún acontecimiento o estado de cosas, y que de esta propiedad deriva su valor lógico: un enunciado es verdadero si su descripción corresponde adecuadamente a aquello que describe, y falso en el caso contrario. Austin denomina “constatativos” a ambos tipos de enunciados, pero propugna que determinadas expresiones no son analizables en estos términos, ya que no describen nada y poseen la función específica de cumplir una acción.

Austin denomina “performativos” a la segunda clase de enunciados, cuya formulación “equivale a cumplir una acción, acción que acaso no se podría efectuar de otro modo.” A continuación se muestran algunos ejemplos:

a) Os declaro marido y mujer.
b) Prometo tomar la medicina.
c) Te felicito por tu ascenso.

Pero cabria pensar que si el enunciado constatativo “el reloj esta en la cocina” describe el hecho de que le reloj esta en la cocina, la expresión “te felicito por tu ascenso” describe igualmente un hecho: el de mi felicitación por causa de tu ascenso. Aun cuando mas tarde podremos aceptar que, en efecto, “te felicito por tu ascenso” posee también ese valor, siguiendo las iniciales propuestas de Austin, que lo especifico de tal enunciado es que la acción de felicitar consiste precisamente en decir las palabras “te felicito” u otras equivalentes; de modo, que antes que describir la felicitación, estas palabras la constituyen.

En las expresiones performativas “decir algo es hacer algo”. Porque decimos algo o al decir algo, hacemos algo. En términos similares, Benveniste propone: “jurar” consiste precisamente en la enunciación “yo juro”. La enunciación “yo juro” es el acto mismo queme compromete, no la descripción del acto que yo cumplo.

3.2.2 La autorreferencia en los performativos.

El enunciado performativo incluye generalmente morfemas deícticos de primera persona y de tiempo presente; no es difícil advertir las estrechas relaciones que vinculan la teoría de la actividad performativa con la más genérica teoría de la enunciación.

La enunciación se identifica con el acto mismo. Mas esta condición no es dada en el sentido del verbo; es la “subjetividad” del discurso la que la hace posible. Se ve la diferencia reemplazando yo juro por él jura. Mientras que yo juro es un comprometerme, él jura no es mas que una descripción, en el mismo plano que él corre, él fuma. Allí se indican los dos niveles de la emisión (enunciación, enunciado) como respectivas instancias a las que remiten los valores constatativo y performativo: el primero de ellos concierne a lo enunciado, y su sujeto, cualquiera que sea su forma pronominal, es un personaje enunciado; el segundo concierne al acto mismo de enunciación y la instancia subjetiva que presupone es necesariamente “la primera persona” del enunciador.

Lozano manifiesta, la autorreferencia constituye, una especificación de una propiedad más general del uso lingüístico: la reflexividad. Los performativos significan reflexivamente su valor de actos porque se presentan al mismo tiempo que representan.

Así la proposición: “Afirmo que Breton fue el sumo pontífice del surrealismo” no solo admite representativamente a las entidades “Breton”, “sumo pontífice”, “surrealismo”, sino que se presenta simultáneamente como un acto de aserción por parte del locutor. El sentido de la enunciación se nos aparece, de este modo, como el logro simultáneo de la significación (semántica) del enunciado y del sentido (pragmático) del acto.

3.2.3 Condiciones del hacer performativo

El uso cotidiano del lenguaje suele prescindir del criterio lógico de verdad en beneficio del criterio pragmático de sinceridad, como han señalado, entre otros, los filósofos pragmatistas y los analistas de “lenguaje ordinario”.

Pero la sinceridad no es aplicable unívocamente a todas las clases de actos de habla, y para algunas de estas no lo es en modo alguno. Evidentemente la atribución de sinceridad esta fuera de lugar en una expresión del tipo:

a) En un uso de mi autoridad, declaro sinceramente el estado de sitio.
b) Estoy sinceramente determinado a buscar trabajo.
c) Doy a usted mi más sincera enhorabuena.

Y, por otra parte, en Estoy sinceramente determinado a buscar trabajo y Doy a usted mi más sincera enhorabuena se suscriben dos sentidos distintos de sinceridad. En las ultima de estas expresiones el término “sincera” cuenta como un elemento con valor ritual, componente convencional de una fórmula, mientras que en Estoy sinceramente determinado a buscar trabajo “sinceramente” viene a ratificar la fuerza del compromiso actualmente suscrito. En otras palabras, mientras Doy a usted mi más sincera enhorabuena cuenta sobre todo como expresión de la intención del locutor de actuar correctamente, Estoy sinceramente determinado a buscar trabajo vale de expresión del compromiso del locutor respecto a las consecuencias del enunciado y cuenta como un acto responsable, es decir, susceptible de ser respondido.

Es las felicitaciones, pésames, bienvenidas y demás actos “comportativos”, la institución cultural de la cortesía exonera al locutor de enfatizar su adhesión al enunciado hasta el punto que exigen los “compromisorios” como promesas, pactos o garantías.

Benveniste, reconoce dos únicas clase de performativos: declarativos y yusivos en los que el enunciado dimana de un “poder reconocido”, por una parte, y por otra los actos que plantean un compromiso personal para quien los enuncia.

En el siguiente cuadro quedan reflejadas las observaciones anteriores, así como algunas hipótesis sobre la actividad performativa que se consideran relevantes para una concepción socio – semiótica:

Tipo performativo
Requisito esencial exigido al agente
Posición actancial
Actos de autoridad
Legitimidad dimanada de la institución.
El sujeto se presenta en su acto como portavoz o instrumento de la institución.
Compromisos
Sinceridad, asunción abierta de tales reglas.
El sujeto se presenta como origen o remitente del acto que ejecuta, como persona social.
Fórmulas
Corrección en el uso de las expresiones correspondientes.
El sujeto aparece como un actor comprometido con ciertos deberes sociales. Ejecuta un rol relativo a una posición interaccional.

a) Los tipos de actos que aparecen el cuadro corresponden a actividades sociales básicas inscritas en la práctica lingüística.
b) La actividad performativa aparece respaldada y orientada por instituciones y/o sistemas de reglas o convenciones no lingüísticas comúnmente aceptadas por una determinada comunidad, de los que dimanan ciertos requisitos exigibles para su actuación.
c) El cumplimiento de actos performativos implica ciertas posiciones de los agentes respecto a sus interlocutores efectivos o virtuales, respecto al discurso y respecto a alas propias reglas.

Tanto Austin como Benveniste reconocen que la autenticidad del acto de palabra se debe más a un conjunto complejo de condiciones verbales y extraverbales que a propiedades específicas de ciertos verbos. Para Austin, el cumplimiento cabal del performativo requiere de ciertas condiciones (“internas” y “externas”, en su terminología) de parte del os actores. Cuando estas no se dan, el enunciado resulta inadecuado o infeliz (unhappy) en cuanto acto. Pero la infelicidad puede producirse de distintas formas:

a) El acto resulta nulo o inefectivo si no va acompañado de una legitimación institucional o si el objeto al que se aplica no es adecuado: no puedo casar si no soy juez o sacerdote.
b) Aun sin ser nulo, el acto puede resultar abusivo por haberse formulado sin sinceridad: tal ocurre si prometo algo creyéndome incapaz de cumplirlo.
c) Puede que, habiendo resultado efectivo y no abusivo, el acto se vea vulnerado retroactivamente por el comportamiento posterior del actor. Se trata de una ruptura del compromiso interaccional que conlleva toda expresión performativa: es el caso de una promesa no cumplida, o el de una bienvenida que se ve contradicha por ulteriores manifestaciones de hostilidad o desagrado por parte del locutor.

3.2.4 Tipos de enunciados performativos.

En la Conferencia XII Austin presenta una lista de verbos por los que precisa una lista de las fuerzas ilocucionarias. Esta lista la clasifica en cinco grandes grupos, tomando como criterio de clasificación el tipo de fuerza ilocutiva que tengan:

a) Judicativos o veredictitos. Consisten en la emisión del algún juicio tras cierto proceso de apreciación o de razonamiento. Su modelo es el acto de emitir un veredicto: absolver, condenar, aprobar, diagnosticar, etc.
b) Ejercitativos o decretos. Son actos de decisión que manifiestan el ejercicio de un poder. Su modelo es una acto de designación: ordenar, designar, legra, proclamar, consagrar, etc.
c) Compromisorios. Comprometen al hablante en cierta línea de conducta ulterior. Su modelo es la expresión de una promesa: proponerse, prometer, pactar, jurar, apostar, etc.
d) Comportativos. Expresan actitudes frente a comportamientos de los demás. Su modelo es la formula cortes de agradecimiento: felicitar, agradecer, perdonar, deplorar, invitar, etc.
e) Expositivos. Clarifican o describen nuestras razones y argumentos. Su modelo es una fórmula oratoria del tipo “afirmo” o “repito que”: enunciar, negar, preguntar, observar, mencionar, etc.
3.3 Locución, ilocución y perlocución.

3.3.1 Significado, fuerza y efecto de las expresiones.

“Hablar es hacer”, el uso del lenguaje consiste en una actividad que incluye: el acto de decir algo, el que tiene lugar al decir algo, y el que acaece por decir algo. Austin los denomina acto locucionario, ilocucionario y perlocucionario, aun cuando no constituyen propiamente actos distintos, sino tres subactividades analíticamente discernibles en cada ejecución lingüística o acto de habla.

a) El acto locucionario incorpora también las propiedades de los enunciados constativos, incluyendo varias subactividades, lo esencial consiste en usar palabras con un significado y una referencia.
b) El acto ilocucionario en cuanto ilocución, el acto de habla posee una fuerza.
c) El acto perlocucionario pero decir algo es un tercer sentido: las palabras portan consecuencia en orden a los sentimientos, pensamientos y acciones de los interlocutores, es decir, producen resultados extralingüisticos. Por el hecho de decir algo se puede convencer, desanimar, asustar, sorprender, etc. a alguien. Se promueve algún efecto perlocucionario.

Con un ejemplo se pueden identificar los tres actos:

El acto de decir la expresión “perro peligroso” consiste en utilizar, en circunstancias determinadas, una oración gramaticalmente correcta del castellano con un sentido inteligible para los castellano parlantes (locución). Al decir “perro peligroso”, se advierte (ilocución). Por efecto de decirlo, se pueden producir en el receptor alarma, disposición cautelosa, irritación u otras respuestas (perlocución).

3.3.2 La operación ilocucionaria

Lozano (1999: 189) “lo que interesa ala teoría de los actos discursivos no es saber que estado psíquico representan las preguntas, sino cómo en virtud de un proceso de enunciación e interpretación tal acto locucionario resulta definido finalmente en cuanto pregunta”.

El acto ilocucionario consiste en una forma de interacción socialmente regulada. La ilocución interviene en la modificación de las posiciones y calificaciones de los agentes discursivos.

Como ejemplo de ilocución podemos tomar el acto de promesa. El cumplimiento de la promesa puede cerrar un sintagma narrativo, pero también puede constituir un contrato provisional con vistas a ulteriores actuaciones: los actores aparecen redefinidos por sus nuevas posiciones y por su nueva calificación modal que condicionarán conjuntamente la interacción posterior.

Ahora bien las reglas constitutivas de un ilocucionario fijan el carácter específico de ésta y no sus consecuencias perlocucionarias. Una regla constitutiva de la promesa establece, por ejemplo, que el hablante asume en su enunciación un compromiso, que se presenta como si estuviera obligado por la promesa, pero no, obviamente, que haya de cumplirla.

3.3.3 La cualificación intersubjetiva del efecto ilocucionario.

En la teoría de Austin el acto ilocucionario sólo se realiza si alcanza a obtener cierto efecto, lo que no implica que el acto consista solo en obtenerlo. Lozano manifiesta “en general, el efecto equivale a provocar la comprensión del significado y de la fuerza de la locución. Así realizar un acto ilocucionario supone asegurar la aprehensión (uptake) del mismo”. La intención ilocucionaria del locutor debe ser correspondida, de parte de su interlocutor común determinado efecto ilocucionario; sin tal correspondencia el acto ilocucionario no se puede considerar plenamente realizado. La aprehensión, o efecto elocutivo, consiste en el reconocimiento por el oyente de la intención elocutiva del hablante; esta última puede ser defendida como la intención de cumplir un determinado acto mediante el reconocimiento por parte del oyente de tal intención.

Lozano menciona “conviene diferenciar el efecto ilocucionario, vinculado al reconocimiento de la intención ilocucionaria, del efecto perlocucionario, consiste en determinada respuesta desencadenada a partir del cumplimiento de la ilocución”. En ciertas condiciones, la expresión “te voy a hacer añicos” tiene el efecto ilocucionario de amenazar al oyente, si esta la identifica como expresión amenazante, el oyente puede sentirse alarmado o no (efecto perlocucionario).

El ocasiones, la no coincidencia en la definición del carácter y de las presuposiciones del acto puede dar lugar a una negociación que tiende a establecer “una cualificación intersubjetivamente aceptada de la fuerza ilocutoria”.

3.3.4 El acto locucionario

Siguiendo a Austin citado por Lozano (1999:198) el acto locucionario es definido como acto de decir algo. La locución incluye tres subactividades:

a) la emisión de sonidos, en relación a la cual la expresión puede ser considerada como entidad fonética (acto fonético).
b) La emisión de ciertas palabras, pertenecientes a un cierto vocabulario y en conformidad con ciertas reglas gramaticales (acto fático).
c) El empleo de una frase determinada con cierto sentido y cierta referencia. A este nivel, específicamente semántico, la expresión puede considerarse como enunciado (acto retórico).

Lozano señala, “que si “por debajo” del sentido efectivo del enunciado identificamos el significado tipo o determinable de la frase “por encima” hallaremos aún su sentido pragmático”.

3.3.5 Secuencia de acciones

Entre otros autores, Labov y Fanshel han mencionado las reglas de secuenciación específicas de la acción discursiva, que no relacionan palabras, frases u otras fonemas lingüísticas, sino acciones como peticiones, amenazas, felicitaciones, etc. Entre las acciones mas relevantes para establecer una coherente segmentación del discurso habría que considerar aquellas que se relacionan netamente con el estatus de los participes, con sus derechos y obligaciones, con sus relaciones de intercambio en términos de organización social, esto según Labov y Fanshel citad por Lozano (1999: 200).

Un distinto tipo de relación funcional se presenta cuando un acto explica el tipo al que pertenece otro acto, como en el ejemplo siguiente: “Vendré mañana. Lo prometo”. Contrariamente, el segundo acto puede proponer una corrección o redefinición del primero; “Te juro que vendré. Bueno, trataré de hacerlo”. En ambos casos el locutor trata de dejar a salvo su fiabilidad, su competencia; otros muchos casos de comentarios o explicaciones cumplen la misma función, así por ejemplo: “Se ha reconciliado con Lucia. Eso se veía venir”, la segunda aserción cuenta con un arrogación de saber por parte del hablante, que además de ratificar la fuerza ilocucionaria de la primera aserción tiende a cualificarse en orden a la ejecución de actos ulteriores, es decir, en orden a objetivos estratégicos mas generales.

Es también muy común la realización de un acto que expresa condiciones de cumplimiento de otro: “has sacado buenas notas. Te felicito”. En esta ocasión el contenido proposicional de la primera aserción se refiere a un acto del oyente positivamente evaluado por el hablante, y tal evaluación cuenta como condición preparatoria del acto de felicitación.

3.4 El hacer de lo no dicho

3.4.1 La presuposición

Siguiendo a Ortega citado por Lozano (1999: 207) “una parte muy grande de lo que se quiere manifestar y comunicar queda inexpreso en dos dimensiones, una por encima y otras por debajo del lenguaje. Por encima todo lo inefable. Por debajo, todo lo que “por sabido se calla”. Este silencio actúa constantemente sobre el lenguaje y es causa de muchas de sus formas”, esta cita lo que pretende es la comprensión del discurso como una actividad que concierne tanto a lo dicho (lo dado o puesto) cuanto a lo no dicho (lo implícito o presupuesto), y en la que ambos componentes están “reflexivamente determinados”.

Una distinción debe hacerse entre la implicación lógica, que se impone al locutor, y la presuposición que es seleccionado por el, y en cuanto tal expresa una voluntad comunicativa. Por ejemplo cuando se afirma que: “Todos los animales son hermosos” queda lógicamente implicado por lo que se dice que hay animales hermosos. Lo que se hace al decirlo presupone que se tiene razones para pensar que todos lo animales son hermosos, pero también, por ejemplo, que el hablante cree en lo que dice, que juzga pertinente informar a su interlocutor sobre tal tema en tal circunstancia, etc.

3.4.2 Operaciones presupositivas

Las clasificaciones de presupuestos son muy numerosas, pero según el inventario de Ducrot es el siguiente:

a) Presupuestos generales: carecen de relación con la estructura de la frase.
b) Presupuestos ilocutivos: el cumplimiento de un acto ilocutorio particular puede presuponer que la situación de discurso haba posible y razonable cumplirlo.
c) Presupuestos de lengua: están ligados a la existencia de ciertos morfemas.

Los supuestos de la última de estas clases corresponden al tipo de presuposiciones analizados por los lógicos, desde Frege y Russell, en cuanto condiciones de verdad o de referencia de la proposiciones. De tal modo, tanto “él sabe que ella es analfabeta” cuanto “él no sabe que ella es analfabeta” presuponen que “ella es analfabeta”.

3.4.3 Funciones de los presupuestos

Schmidf afirma que las presuposiciones comprenden todo tipo de condiciones implícitas que los emisores cumplen cuando quieren realizar un acto comunicativo ilocutivamente eficaz.

Se puede tomar como ejemplo, la condición de verdad: en conformidad con la concepción del efecto ilocucionario, se debe admitir que “abra usted la puerta” cumple el acto de ordenar, pese a que en el momento de la enunciación la puerta designada esté abierta; el oyente podría describir retrospectivamente una situación de este tipo en términos como los siguientes: “me ordenó abrir una puerta que ya estaba abierta”, reconociendo simultáneamente el malogro de la condición de verdad y el logro de la orden. Esto quiere decir que las condiciones de aplicabilidad de los actos no parecen coincidir necesariamente con las de existencia.

Ducrot considera tres funciones básicas de los presupuestos en la actividad del habla:

a) Su conservación en el juego de preguntas y respuestas; acéptese que cualquier respuesta admisible a la pregunta “¿Quién te ha comprado el oro?” da por cierto el presupuesto de aquella: “alguien te ha comprado el oro”.
b) Su redundancia en el discurso.
c) Su exterioridad respecto a la concatenación de los enunciados, a los que proporciona un encuadramiento.

3.4.4 Inferencias discursivas

La implicación conversacional es un procedimiento por el que el oyente realiza una inferencia sobre la base de una transgresión de alguna regla conversatoria por parte del locutor.

El sobreentendido es el supuesto que se produce en la implicitación conversacional. De esta caracterización puede inferirse algunas de sus propiedades más notables:

a) El sobreentendido se produce a través de “un procedimiento discursivo, una suerte de razonamiento”.
b) Esa misma dependencia del acontecimiento enunciacional, sin respaldo a la semántica del enunciado, presenta el sobreentendido como inestable y difícilmente explicable mediante el recurso a reglas lingüísticas.

Por ejemplo al decir: “Esta mañana el jefe no llego borracho”, se puede sobreentender que habitualmente el jefe esta borracho por la mañana, pero no es admisible que tal sobreentendido resulta de la aplicación de una regla del tipo: “Al utilizar un enunciado con la forma En el momento t, el objeto A posee la propiedad P, se da siempre a entender que el objeto A posee la propiedad P sólo en ese momento”.

Lozano manifiesta (1999: 218) “debe señalarse una función del sobreentendido y que concierne al funcionamiento estratégico del discurso. La conocida respuesta: “eso lo ha dicho usted, no yo” con que algunas personalidades políticas apostillan las interpretaciones de sus entrevistadores ilustra esta táctica de “repliegue” enunciacional. El recurso permanente al sobreentendido en los discursos que suelen reputarse de “insidiosos” aparece como un procedimiento de elusión del compromiso locutivo y de preservación de una constante reversibilidad semántica de los enunciados”.

3.5 Actos ilocucionarios indirectos

3.5.1 Sentido literal y sentido indirecto

Siguiendo a Récanati citado por Lozano (1999: 221), “un acto ilocucionario se cumple indirectamente cuando el enunciado parece tener cierta fuerza, pero de hecho tiene otra distinta”. El cumplimiento de actos indirectos pone en juego numerosos elementos paralingüísticos y extralingüísticos, cuya pertinencia obliga a considerarlos como elementos intratextuales, la importancia de la entonación, la expresión facial, los gestos, la distancia, la postura de los interlocutores, etc., son importantes a efecto del logro indirecto de fuerzas ilocucionarias en el discurso oral.

Siguiendo a Searle citado por Lozano (1999: 221) “un acto indirecto acaece cuando no coinciden el “significado de la enunciación del hablante” y el “significado de la frase””. En muchos casos “el hablante pronuncia una frase, quiere decir aquello que dice, pero quiere decir también alguna otra cosa”. Searle coincide con todos los estudiosos del problema la diferenciar dos sentidos del acto indirecto: el literal y el propiamente indirecto. Con la distinción entre significado de la enunciación del hablante y el significado de la frase, categorías usuales en el análisis filosófico, Searle viene a designar respectivamente, el sentido pragmático de las expresiones, es decir, su valor en una situación concreta de enunciación, y el sentido semántico o significación “típica” de palabras y sentencias haciendo abstracción de su uso.

Searle señala que una frase como “¿puede pasarme la sal?” no se interpreta normalmente sólo en cuanto pregunta, sino también como petición, de modo que la expresión posee una doble fuerza ilocucionaria, el acto correspondiente al ejemplo anterior no implica necesariamente la realización de dos fuerzas elocutivas, y al ser solo sustantiva la petición, cabe decir que esta posee prioridad lógica sobre la pregunta en aquellos usos en los que ambas fuerzas coexisten. Parece obvio que “¿puede pasarme la sal?” significa una pregunta, pero no cuenta en todos los casos como cumplimiento de una pregunta.

3.5.2 El acto abiertamente encubierto

La teoría clásica de la acción lingüística considera como condición necesaria del cumplimiento de una ilocución que la intención ilocucionaria correspondiente posea un carácter abierto.

Récanati se ha referido al carácter abiertamente encubierto de las intenciones ilocucionarias en los actos indirectos: en la ejecución de éstos el problema consiste en como enmascarar la intención ilocutiva de modo que no se pueda no reconocer que ha sido enmascarada, la presentación de la intención del locutor permite tres tipos de efectos de discurso a los que el mismo autor denomina, respectivamente, “dejan entender”, “dar a entender” (o “insinuar”) y “sobreentender”; sólo este ultimo corresponde a un autentico acto ilocucionario cuyo cumplimiento implica en cualquier caso la consecución de los otros dos efectos: para sobreentender algo, hay que darlo a entender; para dar algo a entender, hay que dejarlo entender.

El dejar entender no pone en juego una intención comunicativa particular del hablante; lo implicado es público. El enunciado que se deja entender esta implicado por el enunciado actual teniendo en cuenta los principios conversatorios convencionales, este efecto discursivo corresponde a las presuposiciones semánticas y pragmáticas convencionales. Por ejemplo: “Manuel hablaba con Simón en la penumbra” deja entender pública y convencionalmente que Simón es un ser humano; deja entender también que el enunciador de “Manuel hablaba con Simón en la penumbra” cree en y tiene evidencia de lo afirmado. Ahora bien, el locutor puede utilizar la expresión “Manuel hablaba con Simón en la penumbra” con el objeto de dar a entender o insinuar que Manuel y Simón mantiene relaciones sexuales.

Finalmente, el sobreentendimiento corresponde a un verdadero acto ilocucionario, es decir, a un acto abierto o “necesariamente no secreto”.

3.5.3 Niveles de la acción en los actos indirectos.

Según Lozano (1999: 227) en la perspectiva de la estrategia interaccional, conviene destacar el problema de los niveles de realización de actos indirectos, se refiere a dos cuestiones: la relación entre locución e ilocución, y la posible multiplicidad de fuerzas ilocucionarias de un acto. Respecto a la primera cuestión, mientras la fuerza ilocucionaria corresponde al valor pragmático de una expresión, al sentido de la enunciación, el acto locucionario equivale al sentido del enunciado.

El acto locucionario correspondiente a esta expresión: “¿puede uestes atar al perro?” puede describirse mediante la perífrasis: “interrogación al oyente sobre la posibilidad de que lleva a cabo la acción de atar a un perro determinado”. La interrogación se significa, no se realiza. Respecto al ilocutivo del mismo ejemplo, su descripción puede ser: “petición al oyente de que ate a un determinado perro”.

Según la propuesta de Récanati, la categoría sarleana “contenido proposicional versus fuerza ilocutoria” se desdobla para ser aplicada a los dos niveles del acto. Se hablará de un contenido y una fuerza potenciales en el nivel locucionario del enunciado, y de un contenido y una fuerza actuales en la ilocución. La aplicación de estas categorías al ejemplo anterior da lugar al siguiente análisis, propuesto por Lozano (1899: 228):
Contenido proposicional virtual: “Posibilidad del oyente de atar al perro”.
Fuerza ilocutoria virtual: “Interrogación”.

Acto ilocucionario
significado (locución)

Contenido actual: “Atar al perro el oyente.”
Fuerza actual: “Petición.”Acto ilocutorio
cumplido (ilocución)


Clark ha reconocido en las expresiones de múltiple fuerza ilocutiva una propiedad de prioridad lógica tal que el logro de un cierto sentido pragmático cuenta como condición para el logro del otro. Por ejemplo: “¿Has olvidado sacar las entras?” puede estar proponiendo simultáneamente a su interlocutor los siguientes sentidos:

1) Pregunta literal
2) Aserción del olvido del interlocutor
3) Aserción del deseo del hablante de que el interlocutor realce la acción mencionada
4) Petición de que el interlocutor la lleve a cabo
5) Reproche por no haberla realizado.

3.5.4 Cómo responder

Como es propio del comportamiento estratégico, en la actividad discursiva la anticipación de las respuestas del interlocutor condicionan las decisiones locutivas del hablante, los actos indirectos pueden tender a evitar respuestas perturbadoras. Entre estas últimas cabe incluir la clase de respuestas que denominamos “impugnación”, a saber, un tipo de acto discursivo en el que se cuestiona o niega alguna condición de cumplimiento de un acto procedente del interlocutor.

En u ejemplo anterior se comentaba que a una pregunta del tipo “¿puedes pasarme la sal?” es posible responder cooperativamente, bien sea tomando en cuenta sólo la fuerza de petición indirectamente realizada, bien sea admitiendo también el valor ilocucionario de la pregunta. Como ha señalado Clark en la enunciación de un acto indirecto puede intentarse que junto al sentido indirecto se tome el sentido literal seriamente, o bien que este último sólo se considere pro forma. Clark, también habla de las “respuestas esperadas” como una clase de respuestas cooperativas que forman parte de un comportamiento interactivamente “normal”.

En las respuestas esperadas a actos directos o indirectos, el enunciado de respuesta puede a menudo segmentarse en varios “movimientos”, que corresponden a sub-respuestas verbales o no verbales correlativas a los diversos sentidos atribuidos al enunciado del primer locutor.

3.5.5 Modificaciones funcionales de los actos

Siguiendo a Davison citado por Lozano (1999: 234) ha comentado el uso de actos indirectos en referencia dos relaciones: la que mantienen los interlocutores entre si y la que se produce entre la proposición y las actitudes de los interlocutores respecto a ella.

Ciertos actos de habla “amenazan con hacer perder la cara a uno de los interlocutores”, sea la cara negativa o sea la cara positiva. Puesto que los interlocutores precisan poner a salvo tanto su propia cara como la del otro, se sirven de procedimientos correctivos cuando producen actos intrínsecamente amenazantes “contra la cara negativa” o positiva del locutor.

Parece obvio que mediante una aserción del tipo: “el coche debe de haberte costado un ojo de la cara” puede deducirse que se esta refiriendo al costo del automóvil.

Por lo que respecta a peticiones y mandatos, es observable el recurso a realizaciones indirectas que conllevan un cierto grado de despersonalización de retirada de la instancia enunciativa respecto a la responsabilidad última del acto. Las siguientes expresiones en el contexto de un viaje aéreo, la despersonalización exige la supresión de los performativos explícitos y el uso de expresiones indirectas de petición:

a) Les ruego que se pongan el cinturón.
b) Se ruega que se pongan el cinturón.
c) El piloto ruega que se pongan el cinturón.
d) Las normas internacionales exigen que se pongan el cinturón.
e) Las normas internacionales exigen que los pasajeros se pongan el cinturón.
f) Los pasajeros están obligados por las normas internacionales a ponerse el cinturón.

Otra línea de análisis, también atenta a los procedimientos correctivos de las perturbaciones interaccionales, se ha interesado explícitamente por los comportamientos lingüísticos de cortesía y mitigación y por las modificaciones de la fuerza ilocucionaria que los caracteriza. Los procedimientos de mitigación que se identifican son: las formas evasivas léxicas y sentenciales y las sustituciones de un tipo de acto por otro.

El recurso mitigador a actos indirectos o sustitutivos funciona según el siguiente principio: un tipo de acto puede ser sustituido por otro que involucre obligaciones menos onerosas y menor riesgo de pérdida de cara para el destinatario; así, un imperativo puede ser mitigado por un declarativo y éste por una pregunta, pero la sustitución nunca puede efectuarse en el sentido inverso con fines de mitigación. Los actos siguientes aparecen ordenados según un grado creciente de mitigación:

a) Saca al perro de paseo
b) Hay que sacar al perro de paseo
c) ¿Vas a sacar al perro de paseo?

“En suma, los actos indirectos no son sólo un instrumento de corrección anticipativa d efectos puntuales indeseados, sino también un procedimiento de modificación anticipativa de los estados modales y de las posiciones sintácticas del sujeto que éste prevé en función del conjunto del recorrido accional” según Lozano (1999: 241).



CONCLUSIONES

Ø El texto es la manifestación lingüística socialmente normal en los procesos de comunicación; esto es, el texto es la unidad mínima de información, de comunicación y de interacción social.

Ø Todo texto para ser entendido debe poseer cohesión es decir una relación manifiesta entre los elementos del texto, además, debe poseer coherencia que es fundamental en los textos y por último el texto debe ser aceptado entre los interlocutores.

Ø El texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental producto de la actividad verbal humana, poseen estructura propia que lo particularizan, por tal motivo es que el texto se manifiesta en diversos tipos como son el descriptivo, narrativo, argumentativo.

Ø Dentro de la acción discursiva sobresale mucho el lenguaje, es decir, la forma en que una persona da a entender un enunciado cuando afirma o hace un enunciado sin dejar de lado la acción, es decir, utilizando expresiones.

Ø Dentro de la acción discursiva, existe también la locución, ilocución y perlocución cuando nosotros decimos algo, el tener lugar al decir algo y cuando necesitamos decir algo.



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